Me acostumbré a tenerte lejos

Noches en vela y un hilo de música que no hace reaccionar a los sentidos. La mirada perdida y vacía de unos ojos que ya ni lloran ni sienten. 'Ya no queda nada' es la única frase que retumba en tu cabeza mientras que le das otro sorbo a ese café. La ciudad permanece a oscuras y las calles parecen hablar. Recapacitas y las lágrimas se van apoderando de tus ojos. Conservas ese instante joven, vivo. Ya no está, ya se ha ido. Y como siempre ocurre ya es tarde. Faltaron motivos, faltaron intentos, sobraron suspiros. Cuanto mas quieres olvidarlo mas regresa. Otro día más, otro día menos. Cierras los ojos, Madrid se apaga.

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