Os voy a hablar de algo que ahora mismo siento. Es mucha rabia junta, muchas ganas de gritarle al mundo lo que pienso, de desahogarme de todo esto que me pasa por la cabeza. Quiero desaparecer, mejor dicho, necesito desaparecer por un tiempo, saber lo que es echar de menos y necesitar todo lo que me dejo aquí, sentir que existe alguien que cree en mi. Porque siempre está la misma piedra que te hace caer una y otra vez, y todas esas veces consigues levantarte, con sudor y lagrimas, incluso a veces con esperanza. Y tienes toda esa esperanza junta que incluso consigues sonreír y en cuanto miras hacia el frente ya no es la piedra la que te hace caer, sino que ahora te das de frente, volviendo a perder esa esperanza que tenías. ¿Pero esperanza de qué? Si te va a dar igual, tarde o temprano aprendes la lección, ya sabes que eso de seguir adelante no sirve casi nunca y es cuando decides tirar la toalla aunque eso sea abandonar. Ya sé que puede que exagere pero, ¿a quien no le quitan la sonrisa en ocasiones? Ves como van pasando días y es tirar el tiempo, ves que gente a la que le importabas pasa totalmente de que estés bien o mal, simplemente tu vida cambia con un simple pestañeo.