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Nunca nos llegamos a entender. Puedo decir que éramos como polos opuestos que al final se acababan atrayendo pero que chocaban fuertemente. Y el único resultado de esa atracción era destrozo y daño. Cuánta magia teníamos por dentro... Pero qué poco supimos aprovecharla. Después de un año y unos cuantos meses me recuerdo siempre riendo, aunque eso no justifica todas las veces que lloré. Me hacía la persona más feliz pero a la vez me provocaba muchísimo daño y, aunque el tiempo elimine lo peor, yo aún lo recuerdo. Porque parece mentira hasta qué punto podemos llegar y las cosas que podemos hacer por la persona que queremos. Y yo he hecho cosas que no sé si volvería a hacer por otra persona. 

Por eso el amor es complicado, la complicidad es de las cosas más bonitas que puedes tener con la otra persona, saber qué necesita y en qué momento lo necesita... No sé, a mí me hizo sentir más viva que nunca en los ratos buenos y con ganas de desaparecer en los ratos malos. Sentí como me rompía el corazón con tanta fuerza que casi podía escucharlo, y todo lo que diga es poco en comparación con lo que pude llegar a sentir. 

Nos devorábamos y llevábamos cardenales en manifestación a las ganas que nos teníamos. Discutíamos, llorábamos. Le besé tantas veces como veces le decía que le quería. Nos cogíamos de la mano y admito que esa parte era de mis favoritas. Me solía llamar “vida” y lo escondía pero me encantaba. No sé si era por la vida que yo le daba o la que él me quitaba. Nunca unas palabras me habían dolido tanto y creo que por eso me marché. Finalmente descubrí que muchas situaciones se me quedaban grandes y es por eso que nunca nos llegamos a entender. El paso del tiempo te hace ver la persona que eras en el antes y en el después, tanto que no se reconocerían entre sí. 

Como valoración personal creo que el dolor me cambió muchísimo pero también me enseñó muchas cosas. Después de tanto tiempo creo que no era para mí, aunque nos esforzáramos en corregir los errores y aunque yo intentara que hiciera las cosas bien. Todavía a día de hoy tengo muchas preguntas sin contestar y creo que seguirá así por muchísimo tiempo aunque estoy segura de que ha llegado el día de poder cerrar la puerta y esperar todas las cosas buenas que espero que lleguen. Si de los errores se aprende yo soy una persona totalmente nueva y después de mucho tiempo he conseguido saber qué quiero y qué no quiero en mi vida. 

Hasta siempre, 

siempre viva.